viernes, 26 de septiembre de 2014

La fortaleza que da el saberse amado.

Ayer tuvimos una reunión de comunidad muy bonita y diferente. Recibí el sacramento de la unción de enfermos allí donde comparto vida y fe.

El lunes me operan. Me espera un post-operatorio largo y doloroso. Y la enfermedad ha sido una constante este último año.

Si algo he aprendido este tiempo es a asumirme como soy y como estoy en esta etapa de mi vida. A saberme limitada y necesitada de ayuda, por mucho que me cueste aceptarlo y pedirla. Así que poner delante del Padre esta situación y ponerme a mi en sus manos, asumiendo que no puedo controlarlo todo, me ha dado paz.

Hemos celebrado en comunidad la presencia de Dios en los acontecimientos importantes de la vida, de mi vida. También en la enfermedad.

Ha sido precioso escuchar que soy amada de Dios. Y que la Iglesia y mis hermanos en la fe pedían para mí fortaleza para llevar la enfermedad; salud para mi cuerpo y para mi alma, y que "proteja misericordiosamente a nuestra hermana enferma" (y esto es textual). ¿Verdad que es precioso?

Cuando cogemos el Evangelio, si hay algo en lo que Jesús siempre está presente, es sensible, cercano, tierno y tiende la mano, es en la enfermedad. Y no hace falta ser un exegeta bíblico para percatarse de ello. Hay mil textos claritos claritos. Como el del centurión que le pide que sane a su hija y Jesús se queda admirado de su fe. O ver cómo se compadece y devuelve la salud a la mujer con hemorragias, o la vista a los ciegos, o la movilidad a los paralíticos...

Tener a Jesús, Dios, que ha pasado por el dolor y el sufrimiento, me da la certeza de saberle especialmente a mi lado en este momento.

No es una extrema unción. Es recibir paz y fortaleza para esta etapa de la vida, que comparto con todos los humanos del mundo, porque a todos, ricos y pobres, nos iguala la enfermedad. Como también nos iguala ser hijos del mismo Padre amoroso.

A mi sirve para llevarlo de otra manera. Así que si alguien está en una situación similar, que valore pedir la unción de enfermos.

Porque saberse amado, acompañado, comprendido y abrazado, nos da fuerzas para seguir en camino.




jueves, 17 de julio de 2014

La Valentía
















A esto no hace falta que le ponga yo palabras. Las suscribo tal cual.

"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas" Josué 1, 9

lunes, 7 de julio de 2014

Álvaro y Rafa Nadal.

Tengo un hijo con una pasión y un don: la música.

Desde que tenía 2 años juega a ser director de orquesta. Así que en casa hemos intentado favorecerle el acceso a la música y a los estudios musicales. 7 años después de descubrirle esta pasión, ha hecho el acceso al conservatorio de música. Sacó muy buena nota en el examen de ingreso y ha podido elegir. No el instrumento que quería (no salieron plazas de oboe), pero si su segunda opción (flauta travesera).

Pero no ha sido así para todos los niños que se presentaron. Los recortes han obligado a ofertar solo 16 plazas para los 59 que optaban a instrumento.

Ante el evidente descontento general, me sorprendían las palabras de los padres a sus desilusionados hijos: "¡No ha servido para nada que hicieras el examen!" "¡Qué desperdicio de esfuerzo, de tiempo y de dinero!", etc, etc, etc.

No puedo estar más en desacuerdo con estas palabras.

Si, mi hijo tuvo la recompensa a su esfuerzo. Pero si hubiera sido de los que se quedaron sin plaza, mis palabras habrían sido las mismas: "Enhorabuena por tu trabajo y tu esfuerzo. Esta vez no has conseguido plaza, pero has dado los pasos necesarios para perseguir tu sueño. Y eso, nunca es en vano. Sigue luchando. Vendrán sacrificios y desencantos, pero conseguir hacer realidad y vida un sueño es costoso. Si de verdad lo deseas, no te desanimes. ¡Adelante! Este es solo un escalón más en el camino. Estamos contigo en ello. Seguiremos trabajando."

Rafa Nadal también perdió muchos partidos antes de ganar un Roland Garrós.


viernes, 6 de junio de 2014

Valientes en lo cotidiano. Héroes de lo sencillo.

Temas que siempre están presentes en mi vida: la coherencia y la valentía.

Recuerdo las conversaciones en la universidad con los compañeros acerca de ello.
-Uno sostenía que en la vida lo que importa son las grandes cosas que logramos conseguir: el éxito profesional, los récords, las hazañas deportivas... El día a día carecía de valor para él. Lo importante era acabar la vida siendo recordado y considerado un gran hombre.
-Yo, por el contrario, le decía que cada día tenemos miles de oportunidades de hacer pequeñas cosas que, sumadas, marcan la diferencia. Y esas pequeñas acciones cotidianas hacen que la vida, en su conjunto, sea importante, sea grande.

Y para argumentarlo voy a compartiros una foto, una canción y una película.

La foto:

La canción que pone la banda sonora a la foto: "Brave" (Valiente) de Sara Bareilles
https://www.youtube.com/watch?v=QUQsqBqxoR4

(al final os pongo el link con la letra en inglés y español)

Hoy en día la valentía no se demuestra con una espada en la mano montado en un brioso corcel.

Hace poco, en comunidad, la Biblia que usábamos para la oración tenía una traducción preciosa para el Evangelio: "Como el Padre me ha amado, así os amo yo. Permaneced en el amor que yo os tengo".
Como en toda relación, eso solo se puede si se cuida el día a día: con oración y actos. Diarios y cotidianos.

Mi vida, al igual que la de todos, está llena de decisiones que condicionan lo que sucede a continuación. Permanecer ante ellas con una actitud de coherencia vital y de fe, que al final, en mi caso, es lo mismo porque no puedo disociar fe y vida, es más difícil de lo parece. Porque soy imperfecta y a veces me puede el cansancio, o lo cómodo, o mi cabezonería...o mis miedos.

De ahí la coherencia. Y la necesidad de ser valiente.

Por eso admiro a aquellos que, cada día, hacen que su vida sea grande:
- Los que defienden sus ideas y su fe a pesar de que los critiquen.
- Los que se atreven a decir que no a sus amigos porque lo que les proponen les rechina por dentro.
- Los que tienen un elevado sentido de la justicia y eligen no quedarse quietos en sus casas, arreglando el mundo en infructuosas tertulias de bar.
- Los que sacan a delante a sus familias y descubren que, gracias al amor, son capaces de hacer más de lo que harían por sí mismos y para ellos mismos.
- Los que cuidan los detalles pequeños que hacen más agradable la existencia de los que les rodean.
- Los que prestan servicios que ayudan a los demás, especialmente si es costoso para ellos (incluidas las señoras de la limpieza).
- Los que son capaces de poner una sonrisa a pesar de sus sufrimientos.
- Los que sufriendo una enfermedad, dan un testimonio de vida agradecida.
- Los que se sobreponen al dolor para hacer bien a quienes tienen cerca.
- Los que descubren el Amor y son capaces de decir "SI".
- Los que tienen miedos y descubren que enfrentarse a ellos los hace más libres y más fuertes.
- Los que se ponen en marcha para conseguir sus sueños.
- Los que trabajan por los débiles y por hacer de este un mundo mejor para todos.

Para mi, todos ellos (y los que se me quedan en el tintero), son unos valientes. Tanto como el Cid Campeador.

Valientes en lo cotidiano. Héroes de lo sencillo.

Y  ahora viene la película: "Profesor Holland"de Stephen Herek.

Toda su vida trabajando como maestro de escuela deseando pasar a la historia por componer una sinfonía maravillosa que nunca consigue terminar por los afanes del día a día. Cuando se jubila,  se pregunta si valió de algo haber dedicado su vida para que al final nadie lo recuerde. Y ahí llega la maravilla: "Nosotros somos su sinfonía".


Que Dios me ayude a permanecer consciente, coherente y valiente en mi día a día.

Yo, como mi compañero, también quiero que mi vida sea grande. Pero en mi caso, que el éxito sea colectivo.

http://www.letraseningles.es/letrascanciones/traduccionesST/SaraBareilles-BraveTraducida.html